¿Qué activos puedo incluir en mi solicitud de hipoteca?

¿Quieres iniciar una solicitud de hipoteca y no estás muy seguro de qué activos contar o cómo mostrarlos? ¡No te preocupes! Es más fácil de lo que parece, y estamos aquí para ayudarte paso a paso.

Tener claro qué activos incluir es clave para mostrarle al prestamista que eres financieramente estable y que puedes hacer los pagos del préstamo. Aquí te explicamos qué tipo de activos puedes poner, cómo demostrar su valor y por qué todo esto importa.

Los prestamistas quieren asegurarse de que puedes manejar la responsabilidad de un préstamo hipotecario. Mostrar tus activos les da una imagen completa de tu situación financiera y les ayuda a tomar una decisión informada. En resumen: mientras más claro seas, más confianza les das.

Aquí va la lista de los activos más comunes que puedes incluir. No necesitas tenerlos todos, pero sí es importante que los que incluyas estén bien documentados y sean actuales.

1. Cuentas de efectivo y ahorro

• Cuentas corrientes y de ahorro
• Cuentas de mercado monetario
• Certificados de depósito (CDs)

2. Inversiones y cuentas para el retiro

• Cuentas de inversión (acciones, bonos, fondos mutuos)
• Cuentas de retiro como IRA, 401(k) o 403(b)

3. Propiedades

• Casas, departamentos u otras propiedades que poseas
• Incluye el valor estimado de cada una (¡aunque no estén en venta!)

4. Vehículos

• Autos, motos, camionetas… aunque no sean súper líquidos, ¡cuentan!

5. Objetos de valor

• Joyería, obras de arte, antigüedades, colecciones especiales

6. Negocios propios o participaciones en empresas

• Si tienes un negocio o eres parte de uno, puedes incluir el valor del negocio y del equipo

7. Otros activos

• Fideicomisos, regalías, patentes, o cualquier otro bien valioso

A los prestamistas les encantan los documentos claros y actualizados. Aquí te dejamos lo que podrías necesitar para respaldar cada tipo de activo:

• Estados de cuenta bancarios de tus cuentas corrientes, de ahorro y de inversión. Lo ideal es que muestren tus movimientos de los últimos 2 o 3 meses.

• Estados de cuenta de retiro de tu IRA, 401(k), etc. También sirve si muestra aportes del empleador y el saldo total.

• Tasaciones o avalúos de propiedades que pueden ser tasaciones recientes, evaluaciones fiscales o contratos de venta.

• Valor de vehículos, puedes usar herramientas como Kelley Blue Book o NADA Guides para determinar su valor actual.

• Documentación de tu negocio mostrando que eres el dueño (con actas, registros, etc.) y su valor estimado.

• Pruebas de objetos de valor a través de tasaciones hechas por profesionales de pinturas valiosas, arte, joyas u objetos de colección

Tip: asegúrate de que todos los documentos tengan tu nombre, sean recientes y reflejen valores reales. Si no estás seguro, ¡pregunta! Es mejor aclarar que asumir.

Paso a paso sencillo:

• Haz una lista completa de todo lo que tienes: cuentas, propiedades, autos, inversiones, etc.
• Revisa los valores actuales: Usa tus estados de cuenta, tasaciones o sitios web confiables.

• Organiza los documentos que respalden cada uno.
• Prepara tu solicitud incluyendo estos datos de forma clara y precisa.
• Consulta con un asesor, si tienes dudas. Siempre es mejor tener una segunda opinión profesional.

No hay un número mágico. Lo que necesitas depende de:

El tipo de hipoteca que estás solicitando

• Tu puntaje de crédito
• Tus ingresos y deudas actuales
• El monto del préstamo
• Y por supuesto… tus activos disponibles

En general, necesitarás al menos dinero para el pago inicial (el “down payment”) y algunos ahorros adicionales. Además, deberías tener un historial de trabajo estable y una relación deuda-ingreso razonable.

Los activos no lo son todo, pero refuerzan mucho tu solicitud. Y si tienes dudas, siempre puedes hablar con un asesor hipotecario para confirmar tu situación particular.

Si ya tienes una idea clara de tus activos, el siguiente paso es conseguir una preaprobación hipotecaria. Este es un paso clave que te dice cuánto podrías recibir como préstamo y te da más fuerza al momento de buscar casa. ¡Y no es nada complicado!